sábado, 8 de noviembre de 2014

EL CURIOSO MUNDO DE DAVID

David era un joven de 16 años que desde muy pequeño  vivió en un orfanato, pues no se sabía mucho acerca  de su familia.  Era un chico que siempre mantenía una bella sonrisa en su rostro, a la vez era un chico raro y callado, hacia movimientos lentos para caminar y para coger objetos; definitivamente no era igual que los demás, pues era el chico que todos miraban desagradablemente, decían que al parecer no era de este mundo o que  quizá vivía en uno de fantasía, y si… Así era, vivía en un mundo donde la tristeza y los malos sucesos de la realidad no existían.
David sufría  de una rara enfermedad mental que le quitaba la posibilidad de entender lo que sucedía a su alrededor, no podía percibir ningún sentimiento ni emoción que proviniera de la supuesta realidad: por esto hayo la manera de vivir feliz en su mundo, en este caso en su mente.
Cada día vivía historias maravillosas ya que la imaginación era su mayor cualidad y dentro de esta no existía la palabra tristeza.
Un día llego un médico  al orfanato y   empezó a visitar a David todos los meses, Ese día el médico traía consigo quizá la cura para  su enfermedad, los científicos habían creado una inyección que con solo una dosis resolvía su problema.
Obviamente David no podía escoger si quería o no inyectarse, pero el doctor creía que era lo mejor para él y lo hizo.
A la mañana siguiente  David despertó siendo una persona normal, sus cuidanderas y sus compañeros  estaban muy felices por esto, pero él no entendía  lo que pasaba, quizá, creía que estaba aventurando en otra historia en su incognito mundo, pronto le enseñaron como se vive en la realidad, entonces aprendió lo bonito y lo feo de la vida;  a diferenciar felicidad y tristeza, a sentir y tener emociones buenas o malas; claro también aprendió que era una familia.  Empezó una larga búsqueda  por descubrir, fue entonces cuando supo que sus padres eran adinerados pero que lo habían botado por su enfermedad.
Cuando David se entero quiso suicidarse, pero  luego entendió que el amor que no le dieron sus padres se lo habían dado  en el orfanato, sin embargo no se motivaba hacer nada, no hablaba  con nadie, se aislaba a punto de decir  que prefería volver a tener su enfermedad, porque allí si tenía un mundo de felicidad.  Así vivió un año  y en medio de su tristeza regreso a visitar el orfanato  y se encontró con Lady una compañera que le gustaba mucho.
David encontró la felicidad con Lady, juntos empezaron a hacer sus sueños realidad  y aprendieron a vivir en esta vida que algunas veces es algo injusta y triste.  Su tiempo  de felicidad fue muy corto, a David le quedaban  muy pocos días  de vida.  Él había  sido un conejillo de indias le había puesto una inyección mortal, un día antes de su muerte escribió una carta que decía:
“Tuve la oportunidad de vivir en una realidad maravillosa, con seres especiales que me brindaban amor y felicidad, pero la desaproveche pensando que la vida solo era tristeza y que no se parecía al mundo en el que vivía. Ahora que encontré la verdadera felicidad quisiera poder vivir unos segundos, minuto o al menos un instante más para poder disfrutar, solo puedo decirle a Lady y a todos los millones de personas que disfruten su vida porque siempre hay alguien o algo que la hace especial”

Santiago Lesmes


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