sábado, 8 de noviembre de 2014

La vida de Camilo


Había una vez un lápiz llamado Camilo y solía vivir en los útiles de Verónica, a él le encantaba ir a clases porque conocía más lápices y aprendía. Un día Verónica lo dejo caer en el salón de cálculo y el sólo y con frio se puso a llorar, cuando vio que un niño pequeño que estaba jugando en el aula lo vio y lo recogió. El niño era muy inquieto entonces lo mordía, jugaba y escribía con él.  Camilo  se volvió a sentir feliz porque alguien lo estaba usando, bien cuando llegaron a casa el niño coloco el lápiz en su cartuchera y todos los útiles lo recibieron  muy bien pero había una tajalápiz  “Silvia” que estaba solita  en un rincón ni lo saludo, él la observo por unos segundos y pregunto a todos por ella, todos le dijeron malos conceptos porque ella los lastimaba cuando cumplía su función, pero por más que le decían él no podía dejar de verla, le parecía un objeto hermoso y raro , Camilo se acercó  y cruzo palabras  con Silvia pero ella le pedía distancia.  Durante unas semanas el siguió buscándola
hasta que hablaron como amigos Pero, él se vio que era más que una amistad para él y se lo quería confesar, pero el día que Camilo estaba preparado para expresarle sus sentimientos, el niño lo perdió de nuevo. Fue allí cuando Camilo comprendió que la vida de un lápiz  se basaba en conocer personas amarlas y dejarlas. Era el castigo de una vida fácil.



Katherin Nova

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