LUCHA
POR VIVIR…
…Esta
no es solo una historia contada, también es una historia vivida… Una historia
donde la violencia, el poder y la guerra se adueñan de muchas personas.
Por
culpa del miedo y no querer enfrentarlo, muchos tuvieron que abandonar sus
familias, sus hogares y hasta sus propias vidas. Esto ocurrió en una vereda llamada por los
paramilitares “Sal Si Puedes”, ellos la bautizaron así, ya que de todos los que
entraban eran muy pocos los que podían salir por lo menos con vida.
Allí
los paramilitares gobernaban y
descargaban su odio, su avaricia pero más que todo la vanagloria encima de
muchas personas y entre ellas mi familia.
Estas
personas sin nada invadieron nuestras tierras; entraban y salían a mano armada cuando
ellos querían, golpeando, ultrajando, humillando, pero más que todo acabando
con muchas vidas humanas. Ellos
encontraba y atacaban a muchos campesinos exigiéndoles que desalojaran y
dejaran abandonadas sus tierras, aquello por lo que toda la vida habían
cultivado y a la vez les pertenecía.
Con
nuestra familia lo hicimos salimos corriendo de nuestras tierras por miedo a
las masacres que ya habíamos vivido con muchos de nuestros familiares. A
quienes los paramilitares mutilaron, quitándoles con una motosierra sus brazos,
piernas y hasta la cabeza.
Hacían
esto mientras se burlaban de ellos y les gritaban “Nosotros somos la autoridad
y la autoridad se obedece”.
Después
de vivir entre tanta violencia, casas quemadas, mutilación, torturas…Tomamos lo
poco que teníamos de ropa y huimos ¿hacia dónde? No sé pero por culpa de esta
violencia me tuve que separar de mis hermanos, de mi padre y hasta de mi madre
por un largo tiempo.
Del
miedo y el temor que nos embargaba no
sabíamos a donde ir, lo único que queríamos era no llegar a ser víctimas de una
masacre como todas estas. Entonces
llegamos a un municipio llamado “Bosconia en el Cesar”. Allí, algunos
familiares nos dieron refugio a mi madre y a mis hermanos, sin embargo uno de
mis hermanos fue dado a mis tíos para que se lo llevaran ya que la violencia también pisaba los
talones de esta región.
Mi
padre se marchó a buscar alguna solución, pero no hayo nada. Por si fuera poco
mi hermano mayor quien estaba prestando
el servicio militar cayó en una mina la cual le destrozo gran parte de su
cuerpo, apenas le dejo de la cintura para arriba intacto. Por esta razón el estado dio un dinero a mis
padres. Mi padre tomo su parte y se marchó, fue cuando supimos que lo único que
le importaba era el dinero. Mis hermanos y yo nunca fueron importantes para él
de acuerdo a las historias que cuenta mi mamá, ella dice que mi papá la
maltrataba, mis hermanos nunca tuvieron un par de zapatos y que ellos tuvieron
que trabajar desde los 8 años porque decía que el estudio era una pérdida de
tiempo. Con el dinero que quedo, mi madre construyo una casa en Valledupar, la cual esta
arrendada, allí estuvimos por un año y medio hasta que nos vinimos para Bogotá.
Mi
vida no ha sido tan fácil, pero le agradezco a Dios por estar donde estoy,
porque he aprendo a valorar la vida y tantas heridas del pasado han
cicatrizado en mi presente. Todos los días le veo sentido a la vida, vivo con
mi mamá y uno de mis hermanos, mis otros tres hermanos están casados y tienen
un hermoso hogar, donde gracias a Dios pueden brindar a sus hijos lo que en un
ayer les hizo tanta falta, no el dinero, sino la felicidad, la paz y un amor de
padre.
Angie
Vanessa López Ropain
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